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Universidad y 4ª revolución industrial
opinió
Universidad y 4ª revolución industrial
María Fernanda Duprat / ¿Cómo vincular la cuarta revolución industrial con las tareas dela Universidad y, en especial, con las prácticas profesionales que llevan a cabo los estudiantes guiados por sus tutores académicos y por los profesionales que les acogen en sus empresas o lugares de trabajo?

Las tutorías en las Prácticas Profesionales de la Facultad de Educación de la Universitat de Barcelona, me originan ciertas inquietudes relacionadas con el rol de las mismas en el plan de estudios. Me gustaría señalar algunos de los cambios sociales, que necesariamente nos plantean nuevos retos y que quizás propongan nuevos roles, configuraciones y organización a la enseñanza universitaria.

El concepto de cuarta Revolución industrial ha hecho su aparición en algunos artículos de difusión y en trabajos académicos. Señalaré brevemente algunas de sus características que podrían constituir el contexto en el cual estudian y ejercerán las profesiones nuestros estudiantes.

Este concepto presupone la clasificación de la evolución de la industria en cuatro etapas. La industria considerada 1.0 es la automatización, la aparición de la máquina; la Industria 2.0 es la división del trabajo y la producción en cadena; la industria 3.0 es la revolución tecnología. La 4ª Revolución o la también llamada Revolución 4.0 está caracterizada por la digitalización de los sistemas de producción, se basa en sistemas ciberfísicos que combina infraestructura física con software, sensores, nanotecnología.

La aceleración en la generación y distribución de conocimiento se convierten en una característica de nuestra organización social. Si hasta el siglo XIX el conocimiento humano se duplicaba cada siglo se cree que hoy se duplica cada 13 meses, se sostiene que esta tendencia irá en aumento. No todos esos conocimientos y saberes se generan dentro del ámbito académico. Y esto nos plantea nuevos retos a las Universidades: Qué forma organizativa nos damos, qué enseñamos y cómo enseñamos.

La velocidad de los cambios que augura esta revolución es lo que creemos hace más necesaria la reflexión sobre la flexibilidad de las instituciones educativas.

"Hay tres razones por las que las transformaciones actuales no representan una prolongación de la tercera revolución industrial, sino la llegada de una distinta: la velocidad, el alcance y el impacto en los sistemas. La velocidad de los avances actuales no tiene precedentes en la historia… Y está interfiriendo en casi todas las industrias de todos los países"[1]

Se comienza a hablar de la universidad 4.0 con currículo inteligente 1.0 en la cuarta revolución industrial.

"La universidad 4.0 es una institución sin muros. El futuro de la universidad tradicional reside en abrirse a la realidad presente potenciada a corto, mediano y largo plazo; liberarse del encadenamiento del aprendizaje neotaylorista basado en competencias y en la promoción de la evaluación como la única forma de constatar los logros. La universidad 4.0 está tendiendo a conformarse en un ente organizador de la formación y del aprendizaje, el cual diseñará la compleja arquitectura de la red de cocreación colaborativa y participativa entre nodos humanos y nodos inteligentes que intercambiarán y construirán la enseñanza y el aprendizaje"[2]

Responsabilidad de las Universidades

Asumimos la responsabilidad histórica de la Universidad de casa del saber, en la medida en que puede y debe continuar relativizando saberes, objetivándolos, universalizándolos y estudiando el impacto de los mismos, del mismo modo priorizamos su papel en la formación ética del estudiantado.

Distintas organizaciones, tanto políticas mundiales (ONU, Unesco, UE[3]), como organizaciones de diferente signo ideológico, (World Economic Forum, Foro Social Mundial[4] o ATTAC[5]) alertan sobre nuevos dilemas éticos que habrá que afrontar: mayor desigualdad social y educativa, problemas de seguridad social y cibernética, aumento y permanente flujo migratorio, crisis climática. Es en este sentido que creemos ineludible sostener una formación conceptual universalista de nuestros estudiantes fortaleciendo la formación de profesionales con competencias necesarias tanto éticas, como de contenidos académico profesionales.

Sin embargo para algunos de los retos que las sociedades complejas (a la aceleración en la producción y distribución de conocimientos) nos plantean, la universidad tiene que estar abierta y en permanente contacto con la realidad profesional. Y este vínculo (además de con la investigación) se establece prioritariamente en las Prácticas Profesionales de los estudiantes, tanto en la propia práctica de los estudiantes como en la relación de los tutores UB con los tutores de las organizaciones colaboradoras. En ese triángulo circulan, saberes, problemáticas y nuevos retos. Por tanto, quizás, el nuevo encaje de las prácticas las reconfiguraría con una visión de mayor transversalidad e interdisciplinariedad con las distintas asignaturas, reconvirtiéndose en eje vertebrador de un currículum un poco más flexible. Sería interesante encontrar espacios para comenzar un debate en este sentido.

Es necesario cambios en la organización y en el rol de la Universidad y en ese camino tenemos que empezar a andar, pero también es aconsejable caminar despacio, meditar y consensuar ya que la Universidad tiene en sus claustros memorias que seguro tenemos que cuidar y respetar, ya que la historia tiene mirada muy larga.

[1] Informe 2016 WFE

[2] Pedrosa Flores, R. La universidad 4.0 con currículo inteligente 1.0 en la cuarta revolución industrial, René Pedroza Flores R, Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo, Vol. 9 N17

[3] Hay políticas de Estado destinadas a fortalecer lo que se ha denominado Economía social.

[4] Algunas propuestas del Foro Social se encaminan a la Economía Social Solidaria.

[5] ATTAC advierte que según un estudio del WEF se perderán siete millones de empleos hasta 2020 en las 17 principales economías del mundo, si bien el mismo estudio señala que se crearán nuevos en áreas de áreas de inteligencia artificial, robótica, nanotecnología e impresión 3D, se calcula que habrá una destrucción neta de empleo. Caminamos según ATTAC a una sociedad 20/80 es decir que bastará el trabajo del 20% de la población activa para hacerla funcionar. Es desde allí que postula la imperiosa necesidad de la Renta Básica Universal.

Febrer 2020



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