Ana Novella / La participación auténtica y significativa en la comunidad es una experiencia ciudadana indispensable para la construcción de valores democráticos y la formación ciudadana activa y comprometida. Incrementar las iniciativas pedagógicas para la democracia participativa desde la corresponsabilidad del bien común por parte de niños, niñas y adolescentes transforma su estar en el mundo y a sus comunidades.

El aprendizaje-servicio (ApS) es una de las prácticas que favorecen la formación de una ciudadanía activa y comprometida. La participación se manifiesta en el ApS con su carácter multidimensional como principio educativo, procedimiento metodológico, proceso de cambio, contenido formativo, valor democrático, ejercicio político y elemento emocional. El artículo reflexiona alrededor de los factores multiplicadores de la participación que se pueden accionar en las prácticas de aprendizaje-servicio, amplificando su potencial formativo y favorecedor de la construcción de una ciudadanía activa. Estos factores sitúan a chicos y chicas como agentes activos en la toma de decisión de implicarse en el servicio, de su diseño y planificación, del liderazgo de la participación, del desarrollo de la acción colaborativa, y de la reflexión desde la acción, en la acción y para la acción. Por último, los factores multiplicadores favorecen la construcción de la representación del "nosotros ciudadanos" implicados y capaces de contribuir en la transformación de nuestro entorno.

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